lunes, 31 de marzo de 2014

Chile celebra triunfo contra Ley Monsanto y Convenio UPOV.



Servindi, 20 de marzo, 2014.- El retiro de la ley Monsanto sobre privatización de las semillas campesinas y la no adhesión al Convenio UPOV 91 sobre protección de obtenciones vegetales es celebrado por la ciudadanía chilena que se movilizó activamente en defensa de la producción agroecológica y la agricultura familiar campesina.


La presión fue generada por un amplio movimiento en el campo y la ciudad en defensa de semillas libres de patentes, transgénicos y plaguicidas articulado en la Campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, RAP-Chile.

La Presidenta Bachelet y su coalición de gobierno anunció el 17 de marzo el retiro del proyecto conocido como ley Monsanto y que fue enviado al parlamento en 2009 por la propia presidenta durante su gestión anterior.

La iniciativa legal pretendía entregar a empresas transnacionales como Monsanto, Syngenta, Pioneer/Dupont y Bayer, productoras de semillas híbridas y transgénicas, amplias garantías a costa de los derechos de los campesinos y campesinas y del patrimonio genético del país.

La campaña desplegó masivas movilizaciones, intercambios de semillas, y un despliegue de recursos visuales por las redes sociales.

Un rol especial tuvieron las mujeres campesinas e indígenas, los agricultores biodinámicos, junto a organizaciones socio-ambientales, indígenas y de consumidores, y familias- todos ellos interesados en optar por alimentos sanos y seguros. Estos formaron el corazón del movimiento de defensa de la semilla.

Cabe destacar que en los últimos años en Chile se ha fortalecido el redescubrimiento del valor de la agricultura familiar campesina, y de la agroecología como alternativas reales para enfrentar problemas como el cambio climático, y la necesidad de contar con más y mejores alimentos para la población.

Agua, tierra y semillas son componentes esenciales para lograr la soberanía alimentaria, objetivo perseguido por la campaña Yo no quiero transgénicos en Chile, entendido como el derecho de todos y todas a decidir libremente sobre los alimentos que consumen, considerando la cultura tradicional y sin que esto quede en manos de las transnacionales que monopolizan el comercio de la semilla.

La ex senadora Ximena Rincón, actual ministra secretaria general de gobierno, encabezó en el Senado la oposición al proyecto de ley y gracias a la vigilancia ciudadana una mayoría de legisladores se informó y unió a la oposición de la norma.

La organización internacional Vía Campesina celebró la decisión la cual consideró un triunfo del movimiento ciudadano y advirtió que hay que tener presente que el peligro de UPOV 91 no ha terminado pues el gobierno “se ha comprometido a desarrollar un nuevo proyecto de ley escuchando a los distintos sectores involucrados y afectados”.

Al respecto indicó que “no nos cabe duda de que las empresas harán millonarias campañas de lobby y de desinformación, incluso de cooptación de organizaciones, a través de las cuales esperan seguir difundiendo sus mitos, amenazas y mentiras” puntualizó.

El senador Alejandro Navarro, presidente del Partido MAS, expresó: “esto no acaba aquí, pues el análisis anunciado por el ejecutivo requiere de consulta indígena. Piñera fue un maestro en realizar consultas indígenas mal hechas, campeón en llamar a dialogar sólo a quienes aprobaban sus proyectos, sin respetar los requisitos de la consulta tal como lo disponen los tratados internacionales”.

“Así ocurrió con la ley de pesca, con la ley de fomento forestal y con la ley de concesiones eléctricas. Espero que como Nueva Mayoría no hagamos lo mismo, consultas indígenas fraudulentas, pegándonos avivadas contra los derechos de los pueblos indígenas” aseveró Navarro.
Convenio UPOV

El movimiento ciudadano denunció un lobby ejercido por Monsanto desde hace seis años a favor que Chile suscriba el Convenio UPOV 91, un tratado promovido por el sector privado y que se actualiza periódicamente para generar mayores ganancias a las empresas.

Indican que dicho convenio no ha nacido bajo el patrocinio de las Naciones Unidas y varios de los países que registran sus semillas híbridas en Chile, tales como Nueva Zelanda, Canadá, Sudáfrica no están adscritos al UPOV 91.

Tampoco lo están países que valoran altamente su patrimonio genético como Brasil, Perú y China, por lo que es innecesario firmar la actualización del año 1991 (UPOV 91) de ese convenio.
Propuesta de Ley de Semillas

El propósito de la ciudadanía chilena es gestar una nueva Ley de Semillas que permita avanzar hacia la soberanía alimentaria, estableciendo programas de producción y distribución de semillas campesinas locales.

La norma debe permitir la comercialización de las semillas campesinas locales, reconociendo el rol y autonomía de las comunidades en la recuperación de las semillas tradicionales para el campo y los huertos urbanos.

La propuesta ciudadana propone además respaldar la moratoria a los cultivos transgénicos como una forma de proteger la biodiversidad y el etiquetado de los alimentos con transgénicos, que consagra el derecho de los consumidores a optar por alimentos sanos.

Otro aspecto concierne a eliminar del registro del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) los plaguicidas altamente peligrosos (PAP) y dañinos para las abejas.

Asimismo, apoyar en cada región de Chile la creación de ferias locales y poderes de compra de los organismos del Estado, tales como hospitales y escuelas, para permitir el abastecimiento de la población con alimentos agroecológicos producidos en forma sana y sin agrotóxicos.

Declaración de la CLOC- Vía Campesina Chile al retiro de la ley de obtentores del proceso legislativo


Las organizaciones de la CLOC-Vía Campesina-Chile celebramos la decisión del gobierno de la Presidenta Bachelet de retirar del proceso legislativo el Proyecto de Ley de Protección de Derechos de Obtentores Vegetales, proyecto que buscaba implementar en Chile UPOV 91 y que se hizo conocido como Ley Monsanto.

Este es un gran triunfo, obtenido a través de las muchas acciones, reuniones, foros, entrevistas e iniciativas amplias y movilizadoras de las organizaciones de la CLOC-VC-Chile y los movimientos sociales, que permitieron una amplia comprensión de parte de la ciudadanía, mediante el desarrollo de argumentos sólidos y un trabajo de difusión masivo que incluyó a cientos de comunidades campesinas e indígenas, así como una discusión seria y metódica con una importante cantidad de Senadores.

Desde la CLOC-VC-Chile nos enorgullecemos de haber participado de manera permanente y sin vacilación en este proceso de resistencia social, de haber impulsado procesos de convergencia y movilización a pesar de las incomprensiones y los apoyos prestados al proyecto de ley por otras organizaciones campesinas con las cuales nos vimos confrontadas y confrontados. Nos place haber contribuido a desarmar el conjunto de mitos que se difundían desde los aparatos de lobbystas de las empresas y haber sido capaces de romper el cerco comunicacional y hacernos escuchar, aún cuando nuestra voz inicialmente fue bloqueada o saboteada en los debates parlamentarios y en el Tribunal Constitucional mientras el empresariado era escuchado ampliamente. Nos sentimos estimuladas y estimulados de que nuestros análisis y propuesta hayan contribuido a las luchas contra a UPOV 91 y contra las leyes de semillas de nuestros hermanos de la CLOC y La Vía Campesina en los países enfrentados a esta ofensiva del capital

Como lo hemos afirmado: de haber sido aprobada, la ley habría convertido en delito prácticas campesinas e indígenas milenarias -como es el seleccionar, cuidar, guardar e intercambiar las semillas-, habría permitido que las empresas se apropiaran de las semillas campesinas, y habría permitido castigos como la destrucción de cultivos y confiscación de cosechas.

Debemos tener presente que el peligro de UPOV 91 no ha terminado. El gobierno se ha comprometido a desarrollar un nuevo proyecto de ley escuchando a los distintos sectores involucrados y afectados. No nos cabe duda de que las empresas harán millonarias campañas de lobby y de desinformación, incluso de cooptación de organizaciones, a través de las cuales esperan seguir difundiendo sus mitos, amenazas y mentiras.

Tenemos que mantenernos alertas y mantener con aún más fuerza nuestra campaña de información, continuar con las conversaciones serias y fundamentadas con las organizaciones, los parlamentarios y la ciudadanía, desarrollando nuestros argumentos de manera aun más clara. Sabemos que la verdad y la justicia están de nuestra parte. Asimismo, esperamos y lucharemos porque la participación de las organizaciones campesinas y de pueblos indígenas en la discusión de una nueva ley sea efectiva y suficientemente amplia y representativa, y que cuente con las necesarias garantías de que seremos escuchados.

Son varios las y los Senadores a los cuales agradecemos su disposición a escuchar y a estudiar nuestros argumentos, así como su honradez al expresar sus ideas y establecer compromisos. Agradecemos especialmente a la ex-Senadora Ximena Rincón, por escucharnos y apoyarnos desde el principio.

Triunfamos porque hicimos un enorme trabajo colectivo y socializamos masivamente la nuestra posición. En este proceso, agradecemos y valorizamos el compromiso, los aportes y esfuerzos de GRAIN por poner a disposición su elaboración y análisis participando de manera activa y permanente en la discusión, los debates y elaboración colectiva de posiciones.

Hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales y especialmente a las organizaciones del campo a informarse e involucrarse en los procesos que se desarrollarán a partir de ahora. El derecho campesino e indígena milenario a cuidar, conservar e intercambiar semillas es base de la soberanía alimentaria de los pueblos y debe ser defendido por todos.

¡LAS SEMILLAS SON UN PATRIMONIO DE NUESTROS PUEBLOS INDÍGENAS Y CAMPESINOS, DE SUS MUJERES -PRINCIPALES GUARDADORAS- Y SON NUESTROS PUEBLOS QUIENES GENEROSA Y COMPROMETIDAMENTE LAS HEMOS PUESTO AL SERVICIO DE LA HUMANIDAD!

¡POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y POPULAR, NO A LA PRIVATIZACIÓN DE LAS SEMILLAS, NO A UPOV 91!

¡LAS SEMILLAS CAMPESINAS E INDÍGENAS SON GARANTÍA DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA PARA LOS PUEBLOS!

ANAMURI CONAPROCH CONFEDERACION RANQUIL ANMI

CLOC – VÍA CAMPESINA CHILE

Información relacionada publicada en Servindi:




Servindi, 7 de marzo, 2013.- Una denuncia presentada por diversas organizaciones indígenas ante el relator de la ONU James Anaya ha llevado a que el Congreso de Chile aplace hasta nuevo aviso el debate del proyecto de ley calificado de protransgénico y conocido como “Ley Monsanto”. Seguir leyendo…



Por Lucía Sepúlveda Ruiz

23 de enero, 2014.- José Pizarro Montoya, 38 años, agricultor sin tierra, y ex productor de transgénicos en la temporada 2009-2010 en Melipilla (RM), es el primer chileno y quizás el único latinoamericano que le ha ganado una demanda a Monsanto/ANASAC por incumplimiento del contrato. Seguir leyendo…




- Denuncian vínculo de Mayol Bouchon con mercado de semillas “transgénicas”.

Servindi, 3 de enero, 2014.- Organizaciones sociales y ambientalistas de Chile otorgaron el “Premio Semillas de Maldad 2013” al ministro de Agricultura de Chile, Luis Mayol Bouchon, por su expresa intención de promover la “Ley Monsanto” en su país. Seguir leyendo…



Adital, 12 de diciembre, 2013.- La industria multinacional de agricultura y biotecnología Monsanto está muy cerca de cambiar los rumbos de la producción y comercialización de semillas. Basada en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), un gran proyecto de libre comercio que incluye 12 países, entre ellos Chile, Perú y México, la empresa puede recurrir a las leyes del acuerdo para tener libre la rotulado de alimentos transgénicos, limitando la siembra y la comercialización sólo para la empresa. Seguir leyendo…




Servindi, 8 de diciembre, 2013.- Organizaciones sociales y ambientales emplazaron a la candidata Michelle Bachelet a fijar posición y marcar distancia frente a los transgénicos y la Ley Monsanto. Asimismo, asumir compromisos a favor de la producción de alimentos sanos que protejan el ambiente. Seguir leyendo…




- Monsanto está a punto de celebrar su gran golpe maestro: tenemos hasta el fin de semana para detenerlo.

Servindi, 6 de diciembre, 2013.- La comunidad activista Avaaz lanzó una campaña para evitar que empresas como Monsanto se salgan con la suya y doce países suscriban el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), un pacto ultra secreto y de altísimo alcance que otorgará a las grandes corporaciones un poder sin precedentes. Seguir leyendo…
Otras noticias:

Fuente: Servindi

domingo, 30 de marzo de 2014

España es el segundo país con más pobreza infantil en Europa.



Cáritas exige a los Gobiernos que primen los criterios sociales sobre los intereses económicos

La organización exige más inversión para la creación de empleo



España es el segundo miembro de la Unión Europea con el mayor índice de pobreza infantil superado solo por Rumanía. Bulgaria y Grecia están a continuación, según el último informe de Cáritas Europa, que habla sobre el impacto social generado por las medidas de austeridad aplicadas a los países en crisis. Jorge Nuño, secretario general de la ONG, ha denunciado durante la presentación de los resultados en Atenas que la política de la Unión Europea "es incoherente, porque se comprometió, con la firma de la Estrategia Europa 2020, a disminuir la pobreza, crear crecimiento y aumentar la escolarización (...), pero las prioridades económicas están por delante de las sociales, de las personas". La entidad exige a los Gobiernos que antepongan los criterios sociales a los intereses económicos y que dediquen más inversión a la creación de empleo.

El estudio recoge las medidas adoptadas por la Unión Europea y las autoridades nacionales y el impacto de los ajustes, que en algunos países como Grecia, Chipre y Portugal han sido exigidos por la troika (Comisión Europea, Banco Central y Fondo Monetario Internacional). En general, este destaca el empobrecimiento de la población que ha perdido servicios sociales y en ocasiones también el acceso a la atención médica. "Tenemos la esperanza de que la gente pueda estar en el centro de las decisiones políticas", ha explicado Nuño.


Las medidas de austeridad han fallado a la hora de solucionar los problemas"

Las conclusiones del informe contradicen el habitual discurso oficial que sugiere que lo peor de la crisis económica ya ha pasado, y sostiene que no hay evidencias de que la situación de muchas personas esté mejorando. Según Nuño, "las medidas de austeridad han fallado a la hora de solucionar los problemas y generar crecimiento".

Esta entidad europea define a la población española como una de las más afectadas por la crisis, pues mientras la tasa de pobreza media de los estados comunitarios fue del 25,1% en 2012, España registró un 28,2 %, una tasa que en la población infantil llega al 29,9%, según datos de 2013 de Eurostat. De 2011 a 2012, la tasa de pobreza en este sector de población aumentó del 15,6 % al 19,4 %. Para la organización, esto demuestra el impacto extremadamente negativo de las políticas de austeridad en la vida de las personas más desprotegidas. "La gente más vulnerable es la que está pagando las consecuencias de la crisis", ha destacado Nuño.

Por personas en riesgo exclusión social se entienden las que disponen de un 60% del ingreso medio del resto de la población; las pobres poseen entre el 40 % y el 50 %; y las situadas en la miseria adquieren menos del 40 %.

El informe destaca también la alta tasa de desempleo juvenil español, en edades comprendidas entre 15 y 24 años, que se situaba en 52,9 % en julio de 2012; cifra que, según Cáritas Europa, solo ha sido superada por Grecia con 55,4 %.

Respecto a la situación actual en Grecia, Cáritas Europa considera que los derechos fundamentales están siendo violados, exigidos en su mayoría por la troika, a la que los resultados presentados por Cáritas Europa traducen como "segundo cuerpo legislativo". El estudio se centra en destacar a la vez en el gran número de personas— más de tres millones— que han perdido la cobertura sanitaria por estar más de un año en el desempleo.

El portavoz de Cáritas en Grecia ha señalado que muchas de las posturas acordadas con la troika para potenciar la competitividad a través la reducción de los salarios y las pensiones no han logrado, sin embargo, una disminución de los precios, que han aumentado debido al incremento de los impuestos. Casi la cuarta parte de los griegos se encontraba en riesgo de pobreza en 2012, lo que significa que sus ingresos eran inferiores al 60 % de la renta media nacional. Esto se traduce en que hay muchas familias en las que nadie trabaja y que no tienen, por tanto, ningún ingreso.

Acerca de Chipre, el publicado por Cáritas Europa destaca que posee la mayor tasa de pobreza entre las personas mayores de 65 años con un 29,3 %, mientras que la media europea se situó en el 14,3 % en 2012. Y en Portugal, el desempleo ha destruido la clase media, por lo que hay más de un millón de portugueses en situación de pobreza. "La pobreza se combate con empleo, ya que la pobreza genera más problemas mentales, más criminalidad y más violencia doméstica", ha afirmado el portavoz de Cáritas en Portugal, Éugenio Fonseca.

Fuente: El País

viernes, 28 de marzo de 2014

La escena política, ¿espacio para el cristiano?


Sucedió probablemente entre las décadas de los años 80 y 90, cuando de forma intencionada y abierta, surge el auge de los cristianos evangélicos participando en la escena política, al menos en nuestra región latina.

Desgraciadamente, parte de esta intervención no ha sido ni favorable ni, mucho menos, bien aprovechada. Incluso, algunos políticos de grupos evangélicos organizados han hecho una pésima representación de su cargo y, en el peor de los casos, se les ha asociado con escándalos de favoritismo, clientelismo político y corrupción.

Por otro lado, estas incursiones de tipo político, en algunos casos, han mostrado una carente y escasa preparación sociopolítica; un menesteroso y patético discurso que se ha disfrazado sólo con buenas intenciones, exponiéndose al ridículo. López (2009, 10-11), opina:


La experiencia de los últimos años indica que buena parte de los evangélicos que estuvieron en el espacio público o se presentaron como candidatos, carecían de un discurso público basado en los principios del reino de Dios. Lo más que tenían era un lenguaje religioso adornado con citas bíblicas casi siempre sacadas de su contexto o manipuladas para legitimar sus acciones sociales y políticas, pero demasiado lejos de una teología bíblica que refleje una reflexión crítica sobre el tema del poder y de la política como servicio al prójimo.”

Sin pretender generalizar, sería injusto catalogar a todos los evangélicos involucrados en la política, ya sean laicos o líderes religiosos, como personas indoctas, corruptas e inexpertas para tal ejercicio; aun así, la imagen ha sido empañada gracias a esa minoría de figuras serviles que han abusado de su posición.

Por otro lado, históricamente se ha menospreciado la participación de los creyentes en política como un intento, según los más conservadores, de salvaguardar la pureza de la iglesia, por lo que incluso se impone a los feligreses no mezclarse con el mundo, puesto que “nuestro reino no es de este mundo”. Este error de interpretación sigue perjudicando nuestra comprensión de la labor en la misión que Dios nos ha encomendado.

Estos argumentos provocan la marginación de la presencia cristiana en el conjunto de la sociedad. Nuestra participación no debería caer en un ostracismo político y limitarse, como algunos desearían, únicamente al pago de impuestos, a obedecer las leyes y a emitir el voto en el momento de las elecciones.

Dios nos creó como seres sociales, su deseo es nuestra integración en el mundo en el que vivimos y servimos. En este aspecto, es digna de elogio la labor de aquellos cristianos que también son líderes comunitarios y, que sí intentan vincularse en la política, algo que no se cuestiona, aunque levanta sospechas y degrada la imagen de dichos líderes..

Pero, ¿acaso un cargo político no debería ser una función al servicio de la sociedad? Aristóteles afirmaba que los seres humanos somos “animales políticos o sociales”. Si eso es así, el resultado es que el ejercicio de la política se convierte en una necesidad inherente que requiere su satisfacción social. De acuerdo con las palabras de un amigo pastor: “podemos decir que politizamos, no porque creamos en los políticos, sino porque necesitamos hacer política por la capacidad que tenemos de comunicarnos mediante palabras”.

Karl Barth (1976), reconocido pensador cristiano, opinaba que la política nos compromete como creyentes en relación con el estado. Por tanto, no existe un pretendido llamado “apolítico” cuando en realidad debemos involucrarnos y participar.

El consejo que ofrece Pablo en 1 Timoteo 2:1-4 nos propone orar por las autoridades y apoyarlas. En la actualidad esto implica también involucrarse, de forma sabia y coherente, en aquellas gestiones que nos permitan construir una sociedad más justa e igualitaria.

Debemos recordar que la política también tiene una gran incidencia y puede ser un espacio que, bien aprovechado, podría ser capaz de mejorar y cambiar políticas públicas y leyes además de proponer iniciativas que colaboren con posiciones que favorezcan a las personas de los sectores más vulnerables.

En nuestras naciones latinas hemos sido testigos de una gran descomposición estructural en los gobiernos de turno. Es casi seguro que las personas que se involucren en la política tendrán que sufrir fuertes tensiones que las obligarán a asumir una de dos posturas: ceder y dejarse arrastrar por los sistemas corruptos ya establecidos, o actuar con integridad a pesar del riesgo que conlleva. Para los que deciden actuar y correr el riesgo, su trabajo consistirá en una labor profética que podría implicar situaciones muy peligrosas, incluso la muerte.

Muchos han tenido que ofrecer sus propia vidas en defensa de causas justas, lo cual quiere decir que servir en un cargo público y actuar correctamente no siempre será una labor fácil, si se ha de realizar de acuerdo con los valores que nos demanda el reino de Dios.

Por ello creo, y coincidirá conmigo estimado lector, que optar por un cargo político es una vocación a la que no todos hemos sido llamados, y ahí está la diferencia entre los que sirven con rectitud, verdadero compromiso y convicción y los que hacen de la política un fin para provecho y beneficio personal.

Referencia

Barth Karl. (1976). Comunidad Cristiana y Comunidad civil. (Trad. Diorki). Editorial Fontanella. Barcelona: España.

López, R, Darío. (2009).La propuesta Política del Reino de Dios. Ediciones Puma: Lima: Perú.

jueves, 27 de marzo de 2014

En la conmemoración del XXXIV aniversario del martirio del obispo Oscar Romero.



Comité Óscar Romero-Sicsal, Chile

El 24 de marzo de 1980, el Arzobispo de San Salvador fue asesinado por el disparo de un sicario de los opresores del pueblo salvadoreño. El obispo Oscar Romero era constructor de la paz basada en la justicia, en medio de una guerra producto de la injusticia.
Su compromiso de fe le condujo a caminar junto a las organizaciones populares y su proyecto de sociedad democrática, esto es, de igualdad y participación.
Es así como Romero pasó de la denuncia a la acción, jugándose la vida hasta el martirio. Fue un obispo que acompañó a su pueblo y “no sólo a algunos que (le acariciaban) los oídos”. (Francisco, “Evangelium gaudium”, Nº 31). Es por ello que tomó conciencia de “que no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado” (E. G., Nº 204), el cual ha establecido una “violencia institucionalizada”. (Documentos finales de Medellín, Nº 16).

Al igual que a tantos miles de otros consagrados, políticos, sindicalistas, campesinos, indígenas, estudiantes, intelectuales de América Latina, Romero fue asesinado por pretender construir el Reino de Dios, que comienza en la interioridad de la persona y se realiza en la historia, liberando de todo lo que deshumaniza.

II
Lejos de nuestra intencionalidad está el hacer de Romero un personaje insustancial, fácilmente neutralizado por una visión ideologizada del cristianismo, en torno a una falsa reconciliación que intentare que los oprimidos renuncien a sus derechos para mantener lo establecido por los opresores. Aquello no correspondería al espíritu de Romero ni a la espiritualidad cristiana. La espiritualidad cristiana consiste en vivir según el Espíritu de Jesús.

No es huir a zonas “extraterrestres” sino dejarnos conducir por este mismo Espíritu que llevó a Jesús a superar la tentación de la riqueza y del prestigio y a pasar por el mundo haciendo el bien. La vida de Jesús, y que Romero imitó, no estuvo centrada en sí mismo, sino en remediar el sufrimiento de los demás y así contagiar felicidad a quienes carecen de ella. Esto significa defender la vida humana en todos sus ámbitos, comenzando por lo elemental que es la comida, la salud, la vivienda, la educación, el trabajo y una vida digna para todos. Así como también hay que respetar la tierra y los recursos naturales, defendiéndolos de la explotación mercantilista.

III
A nosotros, hoy, integrantes del Comité Oscar Romero de Chile (del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina-SICSAL), nos corresponde transmitir el testimonio de Romero en medio de un mundo impregnado de ambigüedades, desinformado y enajenado. Es aquí donde nos ha tocado vivir la fe y abrir paso a la irrupción de Dios promoviendo una vida más humana. Nos desenvolvemos en una “democracia de baja intensidad”, impuesta por los dictados neoliberales de Breton Woods y del Consenso de Washington, que no nos sacará del atolladero social de la pobreza, la injusticia y la desigualdad, sino que, al contrario, han incrementado dicha tragedia.

Los cristianos ¿podemos aceptar que se continúen hipotecando nuestros recursos naturales, incluyendo el agua y las tierras, siendo sólo exportadores de riquezas naturales por medio del desenfrenado y destructivo modelo extractivista y, de manera suicida, aceptar entre otras medidas estructurales, por ejemplo las negociaciones secretas del Acuerdo Estratégico de Asociación ´Transpacífico de Libre Comercio (TPP), que cercaría el acceso al conocimiento y a los medicamentos, obstaculizando además la regulación de pesticidas y el control de los aditivos de los alimentos?
No se trata de dirigir al pueblo, sino de acompañarlo auscultando y desentrañando los “signos de los tiempos”.

Tampoco se trata de imponer una doctrina, sino de caminar a la par con la inteligencia filosófica, teológica, científica, sociológica, política y técnica que lucha por modelar un mundo capaz de ser la “Tierra Prometida” de un pueblo liberado de las corporaciones transnacionales y de sus socios nacionales, que promueven la hiperespeculación, la concentración de la riqueza, la lucha permanente por los mercados y la destrucción del medioambiente. Ello exige que formemos “una Iglesia con las puertas abiertas” (E. G. Nº 4), que ofrezca a todos la vida de Jesucristo, como lo hicieron entre nosotros el recientemente fallecido obispo Carlos Camus, y Juan Alsina, Antonio Llidó, Pierre Dubois, André Jarlan, Alfonso Baeza, los obispos Hourton, Alvear y Ariztía, Clotario Blest, Helmut Frenz y tantos y tantos otros.

Romero realizó el deseo del Papa Francisco, quien ha afirmado que prefiere “una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero –dijo- una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos”. (E. G., Nº 49).

Esto es lo que Romero nos enseña con su vida consecuente y su palabra orientadora en situaciones históricas que exigen profundo discernimiento para la acción.
Conmemoremos el martirio de San Romero de América haciendo realidad su resurrección, tras la convicción de que su muerte sería semilla de vida.
El mundo requiere de hombres que expresen el paso de Dios, para realizar sus esperanzas y superar sus crisis y necesidades. Tenemos la guía de un Dios que tiene su proyecto sobre el mundo.

COMITÉ OSCAR ROMERO-SICSAL-CHILE.

Santiago de Chile, 24 de marzo de 2014.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Jesús: el indignado.


Juan Ramón Junqueras

Jesús enseña muchas veces ante las puertas del Templo de Jerusalén. Algunas veces coincide allí con sacerdotes y ancianos del Sanedrín, que ya lo rondan para poder acusarlo ante el Consejo Supremo. Le reprochan no tener autoridad para hacerlo, como si el maestro galileo estuviese predicando doctrinas engañosas, embaucando a los ignorantes y a los débiles de espíritu, dándoles falsas esperanzas basadas en la fe de un iluminado, enloquecido por un celo espurio que lo ha empujado a atentar contra la Casa Santa de Dios[1]. La expulsión de los cambistas y vendedores del Templo ha causado un gran revuelo y solivianta a la burguesía saducea. Nada bueno puede venir de un perturbado así. Jesús es, para ellos, un indignado indignante. No huye del conflicto con una religión conformista y opresiva, sino que adopta una actitud de rebeldía frente al sistema y se comporta como un insumiso frente al orden establecido.

Indignado con la religión oficial y sus intérpretes, que anteponen su forma de entender la Ley al derecho a la vida, e incitan al castigo y a la venganza en vez de predicar el perdón.

Indignado con los poderes religiosos, vestidos de hipocresía y creando una ilusión fantasiosa de justicia propia, mientras imponen a los más débiles cargas insufribles que ni ellos mismos cumplen. Jesús les echa en cara la falsedad de sus palabras y su falta de coherencia.

Indignado con los poderes económicos, que basan su propia existencia en la explotación de los demás, y que sirven a lamamonas[2] en vez de a Dios, pues se convierten en medios de dominación y de opresión, generando pobreza por donde pasan. Al contrario, Jesús lucha activamente por la dignificación de los empobrecidos. Las más duras diatribas del maestro Galileo tendrán como objetivo a los ricos, que deben sus posesiones a la explotación de los más débiles.

Indignado con el poder político, a cuyos detentadores acusa de zorros (como a Herodes en Lucas 13, 31-329) o de subalternos de un poder superior (como a Pilato en Juan 19, 10-11). Ellos son los que pisan sin clemencia con su bota el cuello de los oprimidos, y Jesús los pone de ejemplo, ante sus discípulos, de cómo no han de actuar ellos (Mateo 20, 25-26).

Indignado, por fin, con la sociedad patriarcal y machista, que margina y somete a las mujeres usando la religión y la política, mientras él se opone radicalmente a las leyes que las discriminan —lapidación por adulterio, libelo por repudio—. Jesús incorporará a las mujeres a su movimiento, en igualdad de condiciones con los varones y con el mismo protagonismo, devolviéndoles la dignidad que les niega la religión oficial, y la ciudadanía que les niega el imperio romano.

El Templo de Jerusalén, si se mira bien, es el paradigma de todo lo que más indigna a Jesús: la conjunción, entre sus muros, de la religión oficial y del poder —religioso, económico, político y patriarcal o machista—[3]. La práctica de Jesús se constituye, así, en combate militante contra la lógica del sistema imperante, como la vida se opone a la muerte, lo nuevo a lo caduco, la gracia al pecado[4].

Jesús es un transgresor social y religioso. Así actúa y así es percibido por amigos y enemigos. Ni unos ni otros lo entenderán del todo (¿nosotros sí…?), ni serán capaces de percibir la hondura y la radicalidad de su protesta. Allí donde los demás ven tan solo residuos humanos —condenados de por vida a malvivir bajo el dominio del mal— él planta su tienda entre ellos[5], y los anima y ayuda a salir de la marginalidad, convirtiéndolos, junto a Dios Padre, en los verdaderos actores de su propia vida. Para ello tiene que transgredir innumerables normas y preceptos que los dominadores de conciencias imponen a sanos y enfermos, jugándose su prestigio y hasta la vida. Tras de sí va dejando un verdadero ejército de indignados y exmarginales, reinsertados en una sociedad que no va a ponérselo fácil, pero en la que ya pueden ser autónomos y disponer de la fuerza del Reinado de Dios. Los malditos han sido bendecidos, y ya están dispuestos a que su voz se oiga.

Mientras tanto, los dignos y cumplidores, en abierta oposición al indignado y transgresor, pretenden que los expulsados sigan afuera, que los marginales sigan en los arrabales sociales, y que los malditos sigan sin tener acceso a Dios. Lo que importa es la institución que tan en peligro pone Jesús, y que no caiga la frontera sanitaria que divide a puros e impuros, sanos y enfermos, buenos y malos, con la intención de sostener el supuesto orden de Dios. Jesús, indignado y transgresor, acampado en la plaza de los excluidos, protestando por su situación y acogiéndolos sin condiciones, es un auténtico peligro para el statu quo. Es muy peligroso romper las fronteras que la religión excluyente impone, sobre todo cuando la apoya un poder violento y omnímodo. Jesús lo sabe; pero sabe también que debe correr el riesgo porque para eso ha nacido: ser mensajero de la gracia de Dios, del perdón incondicional, de la reinserción para todos, y de la apertura a un mundo nuevo donde reine la compasión y la alegría de los que lo descubren y lo aceptan.

No es de extrañar que el maestro de Nazaret actúe como un verdadero indignado del siglo XXI. Hoy, las fuerzas del orden público lo hubieran aporreado, apaleado y encarcelado, como a ellos. Parece que no han cambiado mucho las cosas…



[1] Lucas 19, 45-46 //


[2] Este es el término griego que aparece en los evangelios cada vez que Jesús habla de las riquezas injustas (Lucas 16, 9-16; Mateo 6, 19-21.24), y es una transliteración de la palabra aramea mammon, que significa “riqueza, tesoro, dinero, beneficio”.


[3] No hay que olvidar que las mujeres tenían prohibido pasar más allá de su atrio en el Templo, y tampoco había levitas o sacerdotes mujeres. Como hoy entre nosotros, más o menos. Duele ver que dos mil años de historia cristiana no hayan servido para solucionar esta flagrante discriminación.


[4] ECHEGARAY, H. (1982): La práctica de Jesús. Ed. Sígueme, Salamanca, p. 186.


[5] El evangelio según Juan define así el misterio de la encarnación de Jesús: como alguien que planta su tienda de campaña entre los seres humanos para que contemplen, admiren, y se sientan atraídos por la verdadera forma de ser de Dios (Juan 1, 14).

martes, 25 de marzo de 2014

Según el corazón de Papa: Obispos, ¡y no solo obispos!



Pablo Herrero Hernández

Eclesalia

En estas mismas columnas, escribía hace unos días José Antonio Pagola en su comentario a las lecturas de uno de los últimos domingos (ECLESALIA, 26/02/14): «Es sorprendente lo que está sucediendo con el Papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso su grito más urgente a toda la Humanidad: “No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata”».

Y, en efecto, en el año exacto que el Papa Francisco lleva ocupando la Sede de Pedro, tengo la impresión de hallarme ante un magisterio torrencial, oceánico, ante el que me cuesta horrores «ponerme al día»; no ha terminado uno de leer varias de sus jugosísimas homilías diarias improvisadas en Santa Marta, cuando la última audiencia, la última homilía, el último encuentro, el último documento reclaman imperiosamente su atención. Por no hablar de la Evangelii gaudium, documento luminoso donde los haya y rompedor en más de un sentido, de la que sí me gustaría compartir con todos los amigos de Eclesalia, en las próximas semanas, algo de lo que más me ha llamado la atención.

Pues bien: en todo este providencial torrente de intervenciones, una que, por su importancia, creía yo que merecería una adecuada atención —esta vez, sobre todo, en medios eclesiales—, no me parece que haya sido lo suficientemente considerada ni meditada, ni siquiera leída. Se trata del discurso que sólo hace unos días, el 27 de febrero, dirigió el Papa a los miembros de la Congregación para los Obispos, que como todos sabemos, es la encargada de proponer al Sumo Pontífice los nombramientos episcopales. El discurso en cuestión lo podéis encontrar ya colgado y traducido al español en “Lo que el Papa Francisco quiere que sean los obispos” de la revista Ecclesia.

Creo que se trata de un discurso que, pese a estar dirigido prioritariamente a la Congregación encargada de los nombramientos episcopales y a los propios obispos, nos interesa a todos, pues, al trazar en él el Papa lo que podríamos llamar el «retrato robot» del obispo según su corazón, indudable y necesariamente está delineando para todos —sacerdotes, religiosos y laicos— el modelo de Iglesia que responde a sus aspiraciones.

Y, aunque nada en este discurso tiene desperdicio, dos o tres frases de él me han llamado la atención de manera muy especial. Escribe el Papa que los obispos han de ser «hombres custodios de la doctrina no para medir lo distante que vive el mundo de la verdad que esta contiene, sino para fascinar al mundo, para cautivarlo con la belleza del amor, para seducirlo con el ofrecimiento de la libertad que da el Evangelio. La Iglesia no necesita apologetas de sus propias causas ni cruzados de sus propias batallas, sino sembradores humildes y confiados de la verdad, que sepan que esta les es nuevamente encomendada una y otra vez y que se fíen de su poder. Obispos conscientes de que, incluso cuando sea de noche y la fatiga de la jornada los encuentre cansados, en el campo las semillas estarán germinando. Hombres pacientes, porque saben que la cizaña nunca será tanta como para llenar el campo. El corazón humano está hecho para el trigo; ha sido el enemigo quien, a escondidas, ha arrojado la mala semilla. Pero la hora de la cizaña ya está irrevocablemente fijada» (n.º 6; la cursiva es mía).

No hallo rastro, en todo el discurso del Papa, de una Iglesia perennemente enfrentada con el mundo y con la humanidad; de una Iglesia erigida en custodia de la única ética admisible y reivindicadora de que sus preceptos morales se conviertan en ley civil y positiva para que sean de obligada aplicación a todos los ciudadanos de una sociedad secular y pluralista; de una Iglesia en perpetuo estado de cruzada, en la que el victimismo y el triunfalismo no son sino las dos caras de una misma moneda; de una Iglesia en permanente estado de guerra —o, cuando menos, de sitio— frente a todo lo que caiga fuera de unos confines que ella misma va haciendo cada vez más estrechos. No hallo rastro de una Iglesia así en estas palabras del Papa Francisco, en las que encuentro, en cambio, la honda aspiración y la gozosa indicación de una Iglesia radicalmente distinta, en permanente proceso de conversión al Evangelio como condición necesaria para predicar ese mismo Evangelio; una Iglesia plenamente digna de ser y de llamarse «cristiana»: la Iglesia de este siglo XXI.

Ojalá no sólo los miembros de la Congregación para los Obispos, sino todas las Conferencias Episcopales y cada uno de sus pastores relean, mediten, interioricen y, sobre todo, «se apliquen» este importante texto del magisterio papal, con el que también todos y cada uno de nosotros, discípulos misioneros según la afortunada figura de la Evangelii gaudium, debemos confrontarnos. Será una ocasión de oro para que seamos Iglesia que «fascine al mundo, que lo cautive con la belleza del amor, que lo seduzca con el ofrecimiento de la libertad que da el Evangelio»; para que pasemos de parecer —y a veces de ser— una Iglesia en contra del ser humano, a ser Iglesia que esté realmente, y con todas las consecuencias, al servicio de él.

Quien estas líneas firma, laico devuelto gozosamente a la fe precisamente hace un año, tras casi veinte de increencia, así se atreve a esperarlo, a pedirlo en la oración y a intentar hacerlo realidad.

pabloherrero.hernandez@gmail.com

MADRID.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

lunes, 24 de marzo de 2014

Alimentos transgénicos y el valor de la prueba experimental.




Julio Muñoz Rubio

Una de las características generalmente admitidas del llamado método científico es la capacidad de corroboración (o falsación) de las hipótesis postuladas para explicar tal o cual fenómeno, mediante el experimento. El experimento es la prueba clara de la veracidad o falsedad de toda hipótesis y –postulan las posiciones cientificistas– proporciona evidencia pura, está más allá de intereses o ideologías, provee de los datos necesarios e indispensables para aceptarla o rechazarla.

Quienes han construido esta concepción cartesiano-positivista hegemónica en ciencia parten también de presupuestos como estos:

La ciencia es una sola y dentro de cada problema que formula hay un solo un camino para ofrecer pruebas a favor o en contra.

La ciencia se encuentra fuera de todo tipo de intereses externos a ella (políticos, económicos, ideológicos).

La ciencia es superior a toda otra forma o tradición de conocimiento.

Podemos refutar estos presupuestos si dejamos de concebir abstractamente a la ciencia y en cambio la situamos en su contexto social. Para empezar, debe considerarse que la ciencia no es una actividad homogénea, igualmente practicada por cualquier integrante de una comunidad, sustrayéndose al carácter de las teorías, metodologías y concepciones del mundo que sostiene y apartándose de su ubicación dentro del entramado de relaciones de poder y de clase. El criterio de evidencia a favor o en contra de una teoría no puede desprenderse de estas relaciones e intereses.

Parte del debate acerca de los alimentos transgénicos ha sido dilucidar si se trata de un debate científico opolítico. En este contexto, la posición cientificista ha sido sostenida principalmente por los partidarios de la comercialización de estos alimentos. Quienquiera que se oponga a comercializar estos alimentos debe mostrar la prueba, la evidencia universal de su peligrosidad. Mientras esto no se haga los transgénicos son inocuos por decreto (no por evidencia científica).

Surgen aquí varias preguntas: ¿cuándo se podrían mostrar las pruebas definitivas que den o quiten la razón a un punto de vista u otro acerca de los efectos de la liberación de alimentos transgénicos? ¿Cuáles son las pruebas científicas válidas y cuáles no? ¿Se puede decidir esto por fuera de las relaciones de poder?

El cientificismo manejado desde las oficinas y laboratorios de Monsanto, Syngenta o Du Pont está mañosamente anclado en una obsoleta concepción de lo que es la ciencia y sus objetos de estudio. Es la que a estas empresas les conviene sostener aunque no tenga valor de verdad alguno. Es una concepción propia de los siglos XVII y XVIII, de la física newtoniana, no de una ciencia de los sistemas complejos: seres vivos, ecosistemas, sociedades y culturas.

Fuente: La Jornada

domingo, 23 de marzo de 2014

Guía de litigio constitucional para defender derechos de los pueblos indígenas.


Se puede descargar el documento AQUÍ

- Se puede descargar libremente y está especialmente dirigida a activistas en derechos humanos.

Servindi, 23 de marzo, 2014.- El Instituto de Defensa Legal (IDL) puso a disposición del gran público la publicación: “Guía del litigio constitucional en defensa de los derechos de los pueblos indígenas para activistas de derechos humanos”.

El texto elaborado por Juan Carlos Ruiz Molleda se dirige a los abogados y organizaciones del movimiento nacional de derechos humanos, que asumen la defensa de los derechos de las comunidades campesinas y nativas a través de procesos constitucionales.

Su propósito es brindar herramientas normativas y jurisprudenciales, de derecho procesal constitucional y de derecho constitucional, indispensables para la defensa judicial de los derechos de los pueblos indígenas en el país.

El libro auspiciado por la Fundación Hanns Seidel resulta así sumamente oportuno si se considera el contexto de creciente conflicto entre el Estado, las empresas extractivas y los pueblos indígenas.

El autor destaca que mucho del contenido surgió a partir de las discusiones ocurridas en talleres con líderes sociales y en los diplomados con jueves y fiscales en distintos lugares como Nauta e Iquitos en Loreto; Chamaca y Cusco; en Moho y Condoraque en Puno; en Achuim y Kusu Numpatkeim en Amazonas; en Jaén en Cajamarca, entre otros.

El libro se apoya en la creencia que el derecho y las normas jurídicas, bajo determinadas circunstancias, “aún” pueden servir y protejer a los sectores sociales mas débiles. Asimismo, controlar y vigilar que los sectores con poder social, político y económico, no abusen de los primeros.

A continuación reproducimos la introducción del libro que describe su contenido de 205 páginas organizadas en nueve capítulos.
Introducción

El objetivo de esta publicación, es alcanzar al lector un conjunto de herramientas normativas y jurisprudenciales, de derecho procesal constitucional y de derecho constitucional, indispensables para la defensa judicial de los derechos de los pueblos indígenas en nuestro país, en un contexto de creciente conflicto entre el Estado, las empresas extractivas y los pueblos indígenas (1). En tal sentido, este libro busca reflexionar en torno a las oportunidades que hoy existen para exigir al sistema de justicia la protección de los derechos de los pueblos indígenas

La tesis central de este libro, es que a pesar de los serios problemas por los que atraviesa el Poder Judicial (PJ) y el Tribunal Constitucional (TC) y de los cuestionamientos a estos, existen hoy condiciones mínimas para exigir judicialmente los derechos de los pueblos indígenas; pero no a través de los procesos ordinarios (penales, civiles, laborales, tributarios, etc.), que suelen demorar bastante, ser costosos, y no estar pensados para defender los derechos fundamentales constitucionales, sino a través de procesos constitucionales como el proceso de amparo, el proceso de cumplimiento, proceso de acción popular, los procesos de inconstitucionalidad, etc., en razón que son procesos idóneos, especialmente diseñados para la protección de los derechos fundamentales, y para garantizar la supremacía normativa de la Constitución y de toda fuente de derecho de rango constitucional, en general, y de los derechos de los pueblos indígenas, en especial.

No se trata de hacer experimentos. Colombia es un buen ejemplo de cómo los pueblos indígenas pueden obtener protección de sus derechos por parte del Estado, recurriendo a procesos constitucionales. Ante la negativa del poder político de cumplir con su obligación de proteger los derechos de los pueblos indígenas, la estrategia ha sido exigir a los jueces que, a su vez le exijan al poder político, cumpla con su deber de garantizar los derechos de los pueblos indígenas. Finalmente, Colombia no es el único caso, hoy contamos con sentencias en diversos tribunales en América Latina de protección de los derechos de los pueblos indígenas (2).

Este libro aborda en sus nueve capítulos, distintas temáticas que estimamos son fundamentales para el impulso de litigio constitucional en favor de los derechos de los pueblos indígenas. El primer capítulo es una reflexión sobre las condiciones y oportunidades que existen específicamente en nuestro país para impulsar el litigio constitucional. Se pone especial empeño en esta parte, en demostrar que no estamos en un gobierno como el fujimorista, donde el sistema de justicia estaba cooptado y sometido, y donde los jueces en su gran mayoría, carecían de independencia e imparcialidad. Obviamente, en dicho contexto carecía de sentido litigar casos que afectaban al poder político, que era quien en última instancia, designaba a los jueces y fiscales.

El segundo capítulo son nociones generales, desarrolladas jurisprudencialmente acerca del derecho procesal constitucional, cuyo conocimiento es necesario para impulsar procesos constitucionales. Esta es una disciplina que usualmente es poco estudiada por los activistas de derechos humanos, a pesar que en ella se juega el éxito del litigio constitucional. En esta parte intentamos rápidamente revisar algunas instituciones que en nuestra opinión resultan claves, para comprender el litigio constitucional. Y lo hacemos, repasando el desarrollo de estas instituciones por la jurisprudencia del TC, que sabemos, vincula a todos los poderes públicos.

El tercer capítulo ya no es tan general. Está dedicado a analizar y a reflexionar sobre requisitos de admisibilidad y de procedencia para elaborar una demanda de amparo por violación de derechos de pueblos indígenas. La no observancia por parte de los demandantes, de las reglas de procedencia contenidas en el artículo 5 del Código Procesal Constitucional, trae como consecuencia la desestimación de la demanda, es decir, del rechazo de la pretensión. Y valgan verdades, esta es la causa del fracaso de la mayoría de las demandas presentadas ante la justicia constitucional. (3) Acá también se echa mano a los pronunciamientos jurisprudenciales del TC en los diferentes procesos que ha conocido, en atención a su carácter vinculante e ilustrativo.

El cuarto capítulo está referido a aquellos temas controversiales que en nuestra opinión es importante revisar para argumentar adecuadamente al momento de litigar procesos constitucionales. En esta parte se recogen algunos artículos elaborados por el autor y publicados en el portal de Justicia Viva. En este capítulo se reflexiona sobre los argumentos, y sobre los pretextos que el Estado utiliza para justificar el incumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Esta parte recoge la experiencia de IDL litigando casos en los tribunales nacionales, y en el seguimiento del debate nacional en torno a la implementación de los derechos de los pueblos indígenas. Aquí por ejemplo, reflexionamos sobre el debate de quienes son pueblos indígenas o sobre la validez de los actos administrativos no consultados, etc.

El quinto capítulo está referido a una problemática vigente, cual es la ejecución de las sentencias expedidas en procesos constitucionales. Este es un tema poco trabajado a pesar su importancia. No son pocos los casos, donde se gana los procesos, pero luego, el Estado se resiste a dar cumplimiento a los fallos en su contra. Para estos casos, el Código Procesal Constitucional contempla medidas coercitivas en el artículo 22 y medidas sancionatorias en el artículo 59, que son subutilizadas por los operadores del derecho, a pesar de su fuerza normativa.

El capítulo seis está dedicado a reflexionar sobre un tema que también es sustancial para el objetivo que nos proponemos: el TC como un legislador positivo. Históricamente los TC fueron legisladores negativos, es decir, tenían por función expulsar del ordenamiento jurídico las normas que contradecían o eran incompatibles con la Constitución Política. Sin embargo siguiendo la experiencia del sistema jurídico anglosajón, los TC han devenido en el tiempo en legisladores positivos, es decir, son creadores de derecho. Ciertamente, esto no es muy comprendido por la comunidad jurídica, pues todavía existe una separación rígida entre el legislador que crea las leyes y los jueces que la aplican, en la cultura jurídica nacional.

La relevancia de este tema para nuestros propósitos es capital, pues nosotros planteamos con un sector de la doctrina, que el litigio constitucional no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para impulsar la construcción y la elaboración de políticas públicas, a favor de los derechos de los pueblos indígenas. En otras palabras, los jueces crean derecho, a partir de la resolución de casos concretos, y esas reglas devienen en vinculantes, para casos que son sustancialmente similares a la hipótesis fáctica del caso que dio origen al fallo.

El capitulo siete está relacionado estrechamente con el anterior, y es si se quiere su continuación. Este desarrolla un tema clásico e importante para el derecho constitucional moderno. Nos referimos a la facultad de interpretación de la Constitución, y a las denominadas sentencias interpretativas. Esta facultad ha sido muy combatida por sectores de la comunidad jurídica y especialmente por el Congreso, que han visto en esta facultad, una usurpación de facultades legislativas. En este capítulo, reflexionaremos a partir del proyecto de ley de Ántero Flores Araoz, para recortar las facultades interpretativas del TC. No es posible litigar procesos constitucionales, si no se tiene una noción y una comprensión adecuada, de la interpretación constitucional, por una sencilla razón, y es que la Constitución Política es el pacto entre poderes fácticos, donde la técnica legislativa, ha sido sacrificada en aras que este sea aprobado en consenso.

Esta ambigüedad, esta indeterminación, en definitiva, esta falta de precisión es lo que sustenta y da origen a una amplia labor hermenéutica por parte no solo de los jueces sino de los abogados, y por supuesto de todos los operadores del derecho.

El capítulo VIII reflexiona sobre cómo y en qué casos se puede acceder a la jurisdicción supranacional, y más en concreto, al sistema interamericano de derechos humanos (SIDH). El tema fundamental de discusión en este capítulo es el agotamiento de la jurisdicción interna nacional. No en todos los casos se puede acceder a estos tribunales internacionales. Existen requisitos que es necesario cumplir y observar, de lo contrario las peticiones serán rechazadas. El SIDH ha sido fundamental para los peruanos, y más en concreto, para las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos por parte de gobiernos como el de Belaunde, García y sobre todo Fujimori. Sin embargo, en un contexto como el actual, donde existen mínimos de independencia e imparcialidad en el sistema de justicianacional, a diferencia de la época fujimorista, que había cerrado el Poder Judicial y nombrado a dedo a los jueces, es necesario agotar previamente la justicia interna antes de recurrir al SIDH. Esta obligación no existía de esa manera y con esa intensidad en el gobierno de Fujimori, pues poco se podía esperar de un aparato judicial controlado políticamente por el Gobierno.

Finalmente, el capitulo IX no está referido a la parte procesal sino a la parte sustancial o material del derecho constitucional. En este, se hace un resumen de los estándares obligatorios desarrollados por el Tribunal Constitucional, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y por la Corte Constitucional de Colombia en materia de derechos de pueblos indígenas, teniendo en cuenta que las dos primeras son de cumplimiento obligatorio y la tercera tiene una función más ilustrativa y persuasiva. Insistimos, no se trata de opiniones jurídicas de personas autorizadas, sino de un cuerpo de reglas jurídicas, garantes de los derechos de los pueblos indígenas, indispensables a la hora de argumentar ante los tribunales, en defensa de aquellos pueblos. La premisa de esta palabras, es algo que los alumnos de las facultades de derecho saben bien, y es que el derecho actual ya no solo es legislativo sino un derecho jurisprudencial, es decir, un derecho creado por jueces, no a partir de grandes teorías y corrientes filosóficas, o copiando legislación que funciona en países desarrollados con mejor distribución del ingreso y más homogeneidad cultural, sino a partir de casos concretos, es decir, a partir de conflictos sociales.

Estos casos están relacionados con la protección de derechos de pueblos indígenas, a propósito de las actividades extractivas. En un contexto donde los tribunales nacionales, y fundamentalmente constitucionales dialogan entre sí, donde se toman prestadas mutuamente la argumentación y las razones de sus decisiones, donde es inadmisible provincianismos jurídicos, resulta de especial importancia conocer, revisar y reflexionar en torno a los fallos que se han emitido en otros casos sobre problemas que son comunes a todos nuestros países, como pueden ser actividades de explotación minera y petrolera, construcción de represas, construcción de carreteras o de trenes en territorio de pueblos indígenas.

Este dialogo tiene sentido, si reconocemos que nuestros países tienen sistemas constitucionales sustancialmente similares, y han firmado los mismos instrumentos de protección internacional de los derechos humanos, y si constatamos que tenemos condiciones y circunstancias similares aunque no iguales, es decir, poblaciones indígenas significativas, contextos de crecimiento de las actividades extractivas, legislaciones nacionales muy débiles en materia de protección del medio ambiente, discursos que buscan esencializar las actividades extractivas, etc. Ahí radica la pertinencia de mirar con atención la jurisprudencia de los tribunales de países de la región.

Finalmente, queremos agradecer a las personas que de una y otra manera han hecho posible esta publicación. A la Fundación Hanns Seidel que nos apoya económicamente y nos acompaña en este esfuerzo desde hace varios años, especialmente al director de la Oficina de Perú, Henning Senger; al valioso equipo de IDL, y de manera especial a Graciela Lavado y Paulina Quispe, por su paciencia con mi persona y por su infatigable trabajo silencioso, a Glatzer Tuesta, director general, por el apoyo y por la confianza constante; a Adán López que me apoya incansablemente, a Cesar Bazán, Cruz Silva y Lilia Ramírez, amigos imprescindibles, entrañables y cómplices de tantas batallas; a los amigos de las contrapartes del proyecto, a Carmen Arévalo y Rita Ruck del Vicariato de Iquitos, a Iscra Chávez y a Irupe Cañaris de la Asociación por la Vida y la Dignidad de Cusco, a Julio Mejia, Patricia Pryamm, Cristobal Yugra y Yolando Flores de la Oficina de Derechos Humanos y Medio Ambiente de Puno.

Todos ellos son abogados y activistas de derechos humanos, con una historia personal de militancia en la vida, en la esperanza, en la solidaridad, que en condiciones de precariedad y con escasísimos recursos, siguen batallando por la dignidad y al servicio de los “hermanos del campo”, de aquellos que esta sociedad y sobre todo el Estado se empeña en invisibilizar. Imposible no aprender de ellos y no quererlos y respetarlos. Muchas de las cosas que aquí se escriben, surgieron a partir de preguntas y discusiones en los talleres con líderes y en los diplomados con jueces y fiscales. Este libro, en realidad, se fue haciendo de a poco, en los talleres en Nauta y en Iquitos y en Loreto; en Chamaca y Cusco, en Moho, Condoraque en Puno, en Achuim y Kusu Numpatkeim en Amazonas; Jaén en Cajamarca, etc.

Este libro se apoya en la creencia que el derecho y las normas jurídicas, bajo determinadas circunstancias, “aún” pueden servir y protejer a los sectores sociales mas débiles y para controlar y vigilar que los sectores con poder social, político y económico, no abusen de los primeros. esto pasa por estudiar y por optimizar uestro conocimiento y manejo de las herramientas y del funcionamiento del sistema jurídico. En ese esfuerzo se suscribe este libro y si a ello contribuye en algo -ojalá- nos daremos por satisfechos.

Notas:

(1) Sobre el tema de litigio estratégico se pueden revisar La lucha por el derecho. Litigio estratégico y derechos humanos, CELS y Siglo XXI, Buenos Aires, 2008. Este texto es una buena sistematización de todos los procesos llevados por el CELS. Muchos de esos casos pueden ser litigados en el Perú. Otro texto que también puede consultarse es El litigio estratégico en México. La aplicación de los derechos humanos a nivel práctico. Experiencias de la sociedad civil, Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, México, 2007. A nivel nacional podemos consultar Manual para la implementación de las clínicas jurídicas de interés público. Metodología del aprendizaje basado en problemas (ABP), Banco Mundial, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, sin año. A nivel teórico, podemos revisar el extraordinario artículo “Los tribunales constitucionales como agentes de cambios sociales” de Néstor Pedro Sagúes, en Revista digital Diálogo Político. Puede ser revisado en: http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/doc_int/doc21072011-143755.pdf.

(2) Ver Martín Abregu y Christian Courtis, “Perspectivas y posibilidades del amicus curiae en el derecho argentino”, en la valiosa obra colectiva compilada por dichos autores, La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales locales, CELS, Editores del Puerto, 1997. Ver también OIT, La aplicación del Convenio Num. 169 por Tribunales nacionales e internacionales en América Latina. Una compilación de casos, OIT, Lima, 2009.

(3) Ver nuestro Informe Jurídico ¿Tenemos un TC de protección de derechos fundamentales o un TC de improcedencias?. Puede ser encontrado en http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/doc_trabajo/doc02052013-171540.pdf.
Otras noticias:

Fuente: Servindi

sábado, 22 de marzo de 2014

Interrogaciones sobre el amor.


Blas Lara

Este es el primer e introductorio artículo de una serie que intentará investigar sobre el amor, desde la ciencia de hoy, teniendo en cuenta la sabiduría acumulada a lo largo de siglos en torno a la llamada regla de oro de la ética. Su autor es catedrático jubilado de la universidad de Lausanne, que ha trabajado en Investigación Operativa, Inteligencia Artificial y ramas anexas.¡Bienvenido, Blas, a ATRIO!

El siglo XXI va a sorprendernos con extraordinarios avances en el conocimiento del cerebro. Será una auténtica revolución científica comparable a la deslumbrante primera mitad del XX que, aparte de abrirnos los secretos más íntimos de la física de la materia, indujo formidables desarrollos tecnológicos y posteriormente las transformaciones económicas que todos conocemos.

En el XXI entenderemos mejor el cerebro. Entenderemos mejor la naturaleza de los acontecimientos cerebrales, y muy en particular los mecanismos ligados a las emociones, los afectos, las motivaciones, las estructuras lingüísticas, la libertad,… Claves esenciales para abrirnos el misterio del hombre (del espíritu humano), yendo a sus raíces más íntimas. Eternas controversias sobre cuestiones filosóficas y religiosas se reducirán a merosflatus vocis. Ideas viejas se tendrán que reformular bajo una luz nueva. Y derivarán de estos nuevos conocimientos resutados muy prácticos. Aparecerán nuevas terapias, nuevas teorías jurídicas, nuevas pedagogías y nuevos sistemas de aprendizaje. Además, integraremos a modo de simbiontes unos sistemas electrónicos que serán prolongaciones de las habilidades humanas.

El amor en sus distintas variantes es un afecto con sede en el cerebro. En este artículo y en los siguientes vamos a interesarnos por un tipo de particular de emoción, la disposición afectiva positiva hacia otro. Qué cuestiones plantea y qué respuestas podemos esperar de los nuevos aportes de la ciencia, de la antropología y del saber en general sobre un tema tan radical en nuestras vidas como es nuestra vida afectiva.

El amor está presente en nuestras conversaciones en innumerables obras literarias, películas y canciones. Pero se ha elaborado poca ciencia sobre el amor.

Nota preliminar. Ambigüedad del término amor que recubre igualmente el enamoramiento, el deseo sexual, el amor a los padres, a los hijos, a los amigos, a nuestro cónyuge, a nuestro perro… ¿Es lo mismo el amor a una persona que amar el trabajo, la patria, a la justicia, a la ciencia, al arte? ¿Y el amor a Dios ? ¿Y, lateralmente, qué es eso del amor de Dios ?

LA IMPORTANCIA DEL AMOR

Dice Platón que el cielo se mueve por amor. Dante como Platón, decía que era el amor lo que movía el sol y las estrellas

De manera menos poética y más práctica, empezaremos constatando que nuestro vivir de hombres en la sociedad es solamente posible gracias a la extendida red de afectos y amores en que crecimos y que nos sustentan cada día.

Una rápida introspección nos hará también tomar conciencia de la amplia red de afectos en la que vivimos envueltos cada uno de nosotros. Sus tonalidades son muy diferentes. Desde el amor hacia los miembros de nuestra familia, fundado en el entroncamiento biologico común, hasta el afecto a la multitud de amigos que hemos ido encontrando y seleccionando a lo largo de nuestra existencia. Desde las amistades de la infancia hasta el amor último, definitivo, fusional, si es que hemos tenido la suerte de haberlo encontrado.
La indigencia de afectos, nuestra condición humana

Nace el bebé en la más absoluta indigencia y en la más total dependencia. No solo necesita el alimento corporal, sino que su desarrollo cerebral requiere el ingrediente indispensable del amor de sus padres. Lo necesita para iniciarle en el aprendizaje de la lengua, -instrumento mayor de inmersión en el comercio humano- y en especial para insertarse en la sociedad y equiparse con una panoplia de base para poder dar respuestas a los estímulos exteriores.
El hombre sale de sí hacia los demás

De mayor, es para el hombre una necesidad absoluta el salir de su castillo interior, de su « cerrado si mismo ». El hombre es un ser potencial que solamente se despliega en un entorno social. De esa manera llena su hondo vacío metafísico mediante la interacción con los otros. Los otros constituyen a la vez su espejo, sostén psicológico, fuente de alegría, paradigma de comportamiento. De fuera nos vienen hasta el sentido y la significación del vivir. Una búsqueda que el hombre va a perseguir sin descanso desde sus primeros años.
Las varias formas del amor

La introspección nos revela sin dificultad la variedad de nuestros afectos, con modalidades e intensidades diferentes. Lo que sentimos por los otros asciende gradualmente desde la tolerancia, la comprensión, el prejuicio positivo, hasta la empatía, el buen entendimiento, y la simpatía mutua. Desde la amistad al amor y por último, en lo más alto de la escala, el amor fusional.
En conclusión : El amor es indispensable, pero poco estudiado. Necesitamos explorar el amor. Vivimos inmersos en una densa red de afectos, y es preciso cartografiar esta foresta amazoniana en la que vivimos envueltos para movernos racionalmente y sensatamente en ella.

LA EXPLORACION DEL AMOR, una tarea para el saber del siglo XXI

Algunas preguntas que trataremos en sucesivos artículos :
Una explicación físico-química ¿Es el amor, en sus diferentes variantes. reductible a una lectura exclusivamente materialista?
Bases antropológicas: para una filosofía del amor.
Amor y Teoría de Juegos :actitudes estratégicas ante el Otro en una relación afectiva.
Tipología y dinámica del amor
El amor cristiano : sus falsificaciones. ¿Qué quedará del mensaje de Jesús en el siglo XXI tras la deconstrucción que las ciencias van a operar?
Sociología del amor.
En definitiva : el amor posible

Fuente: Atrio